Tradicionalmente se ha hecho referencia a las adicciones para referirnos al consumo de sustancias. Sin embargo con el paso de los años se ha considerado que también existen conductas adictivas (como el juego o el sexo) que tienen la capacidad de generar dependencia aunque no existan sustancias de por medio.

Por esta razón hoy en día se habla de forma más genérica de «conductas adictivas» para englobar a todas aquellas conductas (con o sin sustancia) que generen adicción.

 

Características de las conductas adictivas

Pérdida de control: la característica principal de las conductas adictivas es la pérdida de control de quien la sufre.

Deseo o sentimiento de compulsión: Se produce un fuerte deseo por realizar la conducta o consumir la sustancia.

Dificultad para controlar la conducta: Desde el momento en que comienza el malestar o impulso hasta que finalmente logra caer en la tentación.

Malestar: Cuando no es posible realizar la conducta o consumir la sustancia.

Persistencia de la conducta: La persona continua realizando la conducta a pesar de que está influyendo negativamente en su vida y salud.

Pérdida de interés por otras actividades: La persona deja de sentir interés por otras actividades potencialmente gratificantes y la conducta adictiva se convierte en su motivación principal.

 

Tratamiento de las conductas adictivas

De manera general podemos señalar que existen 6 objetivos secuenciados dentro del proceso de desintoxicación de una sustancia o conducta adictiva:

 

Reconocimiento del problema

El objetivo principal del tratamiento para las conductas adictivas es que el propio sujeto reconozca que tiene una adicción.

En muchas ocasiones los pacientes acuden a consulta impulsados por sus propios familiares o incluso por obligaciones legales. Sin embargo no son conscientes de la gravedad de su problema y suele haber un proceso de negación de su adicción. La persona debe reconocer que tiene un problema y que necesita someterse a un tratamiento para superarlo.

En este punto adquiere importancia la llamada «entrevista motivacional» que suele producirse en los primeros contactos entre el paciente y el terapeuta. Esta entrevista tiene como objetivo que el paciente comprenda que tiene un problema y que necesita ayuda.

La entrevista motivacional está formada por varias estrategias que le dan al paciente la motivación necesaria para cambiar su conducta:

  • Dar información clara y objetiva
  • Eliminar los obstáculos y problemas que pueda tener el paciente para acudir a terapia
  • Dejar que el paciente sea quien elija ofreciéndole distintas opciones de tratamiento
  • Reducir los factores que hacen que la conducta de consumo sea apetecible
  • Desarrollar empatía y ofrecer retroalimentación
  • Establecer una serie de objetivos a conseguir durante el tratamiento

 

Evaluación

Una vez que la persona ha reconocido su problema, será necesario realizar una evaluación adecuada de la conducta adictiva y detectar otros problemas asociados a ella. Es importante saber si además de la adicción existen también otros problemas, fundamentalmente relacionales, que están manteniendo y empeorando la adicción.

 

Desintoxicación

En caso de que haya adicción a una sustancia, es necesario realizar una desintoxicación con el objetivo de que el paciente consiga la abstinencia.

 

Deshabituación

Tras la desintoxicación física se pasará a la deshabituación psicológica que suele tratarse de un proceso más largo y donde se pretende conseguir que la persona adicta a la sustancia pueda afrontar la abstinencia.

En esta fase se suele ayudar al paciente con distintas herramientas que le permitan afrontar la vida sin drogas y sepa cómo evitarlas y rechazarlas. Para ello es necesario realizar modificaciones en su ambiente cotidiano para que aprenda a detectar situaciones o contextos que le puedan llevar a consumir y pueda sustituirlos por otras compañías y ambientes más adaptativos.

En este punto es muy importante entrenar al paciente en estrategias de afrontamiento junto a alternativas de refuerzo.

 

Prevención de recaídas

Una vez superadas las fases anteriores y que haya conseguido la abstinencia, será necesario entrenar al paciente para prevenir posibles recaídas. Con este entrenamiento se pretende evitar que el paciente tenga una recaída, y que en caso de tenerla pueda regresar rápidamente a la fase anterior.

Es necesario realizar una diferenciación entre recaída o caída puntual. Por un lado, la recaída hace referencia a volver a algún punto del comportamiento adictivo anterior tras haber tenido un periodo de abstinencia. Por el contrario una caída o desliz puntual es volver brevemente a la conducta adictiva en un momento concreto y breve del tiempo, sin que por ello tenga que volver a fases anteriores de consumo.

Existen distintas causas que pueden llevar a una persona a sufrir una recaída, entre las más frecuentes suelen encontrarse los estados emocionales negativos, los conflictos con otras personas o la presión social. 

 

Estilo de vida saludable

Por último y como objetivo final se darán las herramientas básicas para que el paciente pueda desarrollar por sí mismo un estilo de vida saludable. De esta manera se reducirán las posibilidades de que el paciente vuelva a recaer en su adicción.