¿Qué es el Trastorno de Apego Reactivo?

El trastorno de apego reactivo es un trastorno relacionado con traumas y factores de estrés. Está considerado como un trastorno grave aunque no demasiado común y que puede afectar a los niños.

También puede darse en la adolescencia aunque es más complicado diagnosticarlo debido a las distintas situaciones que esta etapa conlleva, como la necesidad de pertenencia al grupo,  problemas con la autoridad, cambios físicos y hormonales, etc.

El trastorno de apego reactivo se caracteriza porque los niños y niñas que sufren este trastorno pueden llegar a relacionarse de forma inapropiada en diferentes contextos sociales como por ejemplo con la familia, en la escuela, con compañeros de juego o en cualquier lugar donde el niño deba interactuar con otros menores o adultos.

En este sentido hay dos posibilidades:

Forma inhibida: Existen dificultades e incapacidad para responder o iniciar interacciones sociales de una forma apropiada a como correspondería a su edad. A los niños y niñas que presentan la forma inhibida les es difícil interactuar con cualquier persona que se les acerque con la intención de demostrarles cariño, afecto o atención, pudiendo incluo llegar a mostrarse hostiles y retraídos.

Forma desinhibida: En este caso se produce una excesiva confianza y acercamiento hacia extraños, sin medir el peligro que esto conlleva y poniendo en alerta a los padres ya que sus hijos no son capaces de seguir sus indicaciones de no hablar con desconocidos.

 

Causas del Trastorno de Apego Reactivo

Por lo general las causas del Trastorno de apego reactivo están muy relacionadas con un cuidado insuficiente durante los primeros años de vida del infante, periodo en el que no ha recibido afecto suficiente ni tampoco se han suplido sus necesidades emocionales y de cuidado.

Basándonos en el período de seis meses y tres años de vida del niño, donde es aún más necesario satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación, los cuidados, cariño y protección hacia el niño no son empleados de forma suficiente.

Por lo general, los padres de estos pequeños tienen pocas habilidades afectivas y tienden a no expresar sus sentimientos. Pueden incluso llegar a desinteresarse por las necesidades que el menor pueda presentar, o por el contrario, en algunos casos pueden llegar a expresar excesivamente el afecto, regañando después al niño sin que exista razón alguna para ello.

El trastorno de apego reactuvo puede presentarse también en niños que han vivido violencia intrafamiliar, ya sea directamente sobre su persona o hacia alguno de los miembros de la familia. Inclusive niños que han vivido en situación de calle o en orfanatos, pasando de una familia a otra, también pueden derivar en un Trastorno de Apego Reactivo.

Todas las causas anteriores forman un mecanismo de defensa que el niño implementa con el objetivo de no ser herido afectivamente de nuevo.

 

Síntomas del Trastorno de Apego Reactivo

Los síntomas para este trastorno se dividen en dos grupos, para los niños que presentan la forma inhibida o para los niños que lo presentan de forma desinhibida. A continuación, se presentan los síntomas para ambos tipos desde los parámetros del DSM-V.

 

Forma inhibida

  • Alteraciones en el patrón de comportamiento, emocionalmente retraído hacía los cuidadores.
  • Mínima reacción social y emocional con los demás.
  • Afecto positivo limitado.
  • Episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicado.
  • Falta persistente por parte de los cuidadores, en cubrir las necesidades emocionales básicas.
  • Repetitivos cambios de cuidadores primarios.
  • Educación en contextos no habituales.
  • Evidente sintomatología antes de los cinco años.
  • Aspecto triste y desganado.
  • Incapacidad de sonreir.
  • Desinterés en los juegos de los demás.

 

Forma desinhibida

  • Alteración en el patrón de comportamiento, es decir, interacción activa con adultos extraños.
  • Reducida reticencia a aproximarse a adultos extraños.
  • Excesivamente familiar comportamiento verbal o físico.
  • Recurre poco o nada al cuidador después de una salida arriesgada.
  • Disposición de irse con adultos extraños.

Tratamiento para el Trastorno de Apego Reactivo

Debido a que es un trastorno que tiene su origen en las relaciones familiares, es necesario, evaluar a través de un enfoque sistémico si se pueden realizar intervenciones con la familia, y en caso de que no sea un ambiente favorable para el menor, trasladarlo a un contexto distinto para su correcto desarrollo.

Al iniciar el tratamiento, como con todos los diagnósticos de otras patologías, se debe abordar de forma multidisciplinaria, con psicólogos, médicos, trabajadores sociales e incluso con los maestros, hablando del contexto educativo.

El niño deberá establecer una vinculación sólida con un adulto que sea capaz de brindarle atención emocional cuando ésta sea necesaria. Por otra parte, debemos, como psicoterapeutas, fortalecer la autoestima del pequeño y ayudarlos a crear vínculos sociales sanos.

Y, puesto que no será tan sencillo el tratamiento, debe ser continúo y constante para evitar que en el futuro, el niño o niña genere algún otro problema de salud mental.