Puedes dejar de fumar apoyándote en técnicas psicológicas que incentivan tus propios recursos. Es una de las decisiones más saludables e importantes que puedes tomar y uno de los propósitos más difíciles y admirables de conseguir.
Tú ahora ya sabes que el consumo del tabaco fue promovido por los intereses de la industria tabaquera. El fumar “estaba bien visto” y el fumador tenía una imagen glamurosa, imagen que se ha ido transformando debido a la evidencia de sus efectos nocivos sobre la salud.
También sabes que el tabaquismo es una enfermedad crónica que está catalogada dentro de los trastornos adictivos.
Y que el consumo del tabaco daña a todo tu organismo aunque las enfermedades en las que más directamente incide son las cardiovasculares y respiratorias.
Todo esto claro que lo sabes, pero fumas porque tú eres de los que dicen:
ME GUSTA FUMAR
¿Cómo fue tu primer cigarrillo?
Seguro que no te “supo muy bien” y entonces ¿qué te hizo fumar el segundo? Fue la nicotina.
La nicotina es la sustancia con mayor poder adictivo de todas las conocidas. Actúa con mayor rapidez que cualquier otra, incluso las que se inyectan en sangre.
La calada que das a tu cigarro llega a tu cerebro en solo siete segundos y se une a unos receptores que liberan dopamina que es la responsable de la sensación de placer. Cuanta más nicotina llega a tu cerebro más receptores generas, por lo que cada vez son mayores los niveles de nicotina que necesitas.
FUMAR ME TRANQUILIZA
¡Una de las sustancias que contiene la nicotina es cafeína! La realidad es que el no fumar es lo que irrita a la persona fumadora. Te has convertido en una persona adicta al tabaco
Dependencia física. La nicotina exige tener unos niveles en sangre relativamente constantes, cuando estos niveles disminuyen sientes la necesidad de fumar; si no la satisfaces sientes irritabilidad, nerviosismo, etc. Sensaciones que remiten al volver a fumar.
En el mantenimiento de su consumo están implicados factores psicológicos y conductuales, que pueden llegar a ser tan importantes o más que la dependencia física.
Hay una dependencia conductual: ¿Cuántas actividades de tu vida cotidiana tienes asociadas al acto de fumar? Desde conectarte al ordenador, al entrar en tu coche, mientras hablas por teléfono, cuando llegas a casa…
El tabaquismo también se mantiene por dependencia psicológica: ¿Cuántos cigarros has encendido en una situación de estrés, o mientras esperas, o al finalizar la comida, o cuando estás con tus amig@s…?
CUANDO QUIERA LO DEJO
El síndrome de abstinencia, sí porque si fumas es porque tienes una adicción, varía de una persona a otra y aparece desde el momento en que disminuyes el consumo del tabaco.
El craving es el síntoma más importante del síndrome de abstinencia. Es la necesidad urgente de fumar que aparece cuando llevas unas 8-12 horas sin hacerlo y dura como máximo tres eternos minutos. Al principio lo sientes con mucha frecuencia e intensidad, pero según pasan los días sin fumar esta sensación va desapareciendo.
Las dos o tres primeras semanas suelen ser las más difíciles pero hay personas que lo pueden padecer hasta las 8 o 10 semanas de haber dejado de fumar.
Los síntomas físicos más frecuentes del síndrome de abstinencia son: sudoración, aumento del apetito, bradicardia, dolor de cabeza, tensión arterial baja, irritabilidad, dolor muscular intenso, insomnio,…
FUMO Y ME ENCUENTRO PERFECTAMENTE
El dejar de fumar contribuye positiva y directamente en la reducción de las molestias digestivas, mejora la circulación de la sangre, recupera el gusto y el olfato, reduce el descenso de potencia sexual, mejora los problemas de fertilidad, el aspecto de la piel y del pelo.
Pero sobre todo contribuye a enriquecer tu autoestima al dejar de estar dependiente de una sustancia que controla tu tiempo y tu vida.
PUEDES DEJAR DE FUMAR: BASTA DE EXCUSAS
Tienes que querer hacerlo y decidirlo en firme. Necesitas dos cosas: reconocer que tu tabaquismo es una enfermedad y encontrar tu motivación sincera.
La mayoría de las personas fumadoras hacen más de un intento antes de conseguir dejarlo definitivamente, estos intentos son fundamentales para conseguirlo definitivamente ya que el análisis de tus fracasos te servirá para no repetirlos en el futuro.
PUEDES DEJAR DE FUMAR SI TE LO PROPONES
Escoge tu fecha para dejar de fumar y no la aplaces o nunca llegará el momento perfecto.
Retira de tu entorno todo lo que te recuerde al tabaco.
Habrá momentos en los que sentirás muchas ganas de fumar. Aguanta, solo dura unos minutos. Vive al día. Solo piensa en que no vas a fumar este cigarro ahora.
Bebe mucha agua, zumos o infusiones. Evita el café, bebidas alcohólicas o las excitantes.
Come con más frecuencia y en pocas cantidades. Aumenta la ingesta de frutas y verduras y evita las grasas y los dulces.
Sé regular en tus hábitos de sueño, cena ligero y toma antes de acostarte leche caliente o una bebida relajante.
Modifica en lo posible todos los hábitos que tenías asociados al tabaco e integra nuevas rutinas y hábitos. Haz deporte y otras actividades que te resulten placenteras.
Haz una lista de motivos a favor y en contra de fumar y recuérdala cuando se te haga difícil continuar adelante.
Habla con personas que han dejado de fumar. Evita la soledad.
Atrévete a estar en las situaciones de tensión sin fumar. Te darás cuenta que tú eres quien las domina. No necesitas para nada el tabaco.
DEJAR DE FUMAR ES DIFÍCIL
No te desanimes. Analiza las razones por las que has decidido dejar de fumar y valora los beneficios de dejar el tabaco. Hay tratamientos farmacológicos y psicológicos que te ayudan eficazmente en el proceso de dejarlo.
Enorgullécete por cada día que pasas sin fumar.
Lo vas a conseguir
Os aconsejo la lectura de la guía «Te ayudamos a dejar de fumar» publicado por la SEPAR, que ha servido de inspiración para este post.
Si quieres conocer más sobre como liberarte de tu adicción al tabaco, ponte en contacto conmigo. Estoy aquí para ayudarte