El amor vivido con obsesión se convierte en sumisión emocional, un sufrimiento limitante del que con el tratamiento adecuado se puede salir.
La dependencia emocional o sumisión emocional conlleva un patrón persistente de necesidades emocionales personales que están insatisfechas y se intentan cubrir de manera desadaptativa con otras personas.
Características de la sumisión emocional
La dependencia emocional conlleva un trastorno psicoafectivo.
Normalmente, las personas que padecen este tipo de trastorno son inseguras, y no sólo tienen baja autoestima sino que a menudo asumen una actitud agresiva contra sí mismas.
Se critican y cuestionan constantemente. No soportan la soledad: necesitan de una persona en torno a la cual gire su vida, persona que idealizan y posicionan como “su salvadora”.
Tienen una autoestima baja. Instaladas en una necesidad constante de agradar a las demás personas, siempre tratan de causar buena impresión.
Sus principales temores son el miedo a la soledad y al abandono. Le es imposible pensar en su vida sin estar al lado de alguien.
Suelen buscar parejas con personalidades contrarias a las suyas: seguras de sí mismas, dominantes, egocéntricas, poco afectuosas… Con frecuencia este tipo de pareja se aprovecha de la persona con dependencia emocional, con lo que se fomenta la aparición de una relación nociva.
Comportamiento en pareja
La persona con dependencia emocional acepta la situación de sumisión emocional, lo que agrava una situación desequilibrada que puede desencadenar la aparición de violencia física y psíquica. Tiene muchas posibilidades de soportar humillaciones, infidelidades, menosprecios, agresiones…
A pesar de que las parejas de las personas con dependencia emocional suelen tener un carácter hostil, el trastorno por dependencia emocional hace que sobreestimen las cualidades de su pareja, y también que la requiera muy frecuentemente, por cuestiones innecesarias o no urgentes.
También es habitual que las personas que padecen este tipo de trastornos antepongan los intereses de la pareja a los suyos propios. Puede llegar a desatender aspectos importantes de su propia vida, como su trabajo, familia o amigos. Esto da lugar a una relación de pareja desequilibrada en una situación de subordinación y sumisión.
No obstante, aunque las relaciones que se establecen desde la dependencia emocional suelen ser tóxicas y destructivas la persona con dependencia emocional teme absolutamente la ruptura.
Si la relación de pareja termina, busca por todos los medios la manera de reanudarla en una especie de síndrome de abstinencia, o bien se embarcará en una nueva relación por miedo a la soledad.
Las características antes descritas son algunas de las más relevantes en una persona con dependencia emocional. Sin embargo, no tienen por qué aparecer todos estos rasgos a la vez, ni tampoco con la misma fuerza o importancia.
Normalización
Cada persona es única, y cada persona con dependencia emocional la experimenta de manera diferente.
Además, seguro que alguna/o de nosotras/os ha experimentado en algún momento de su vida uno o varios de estos síntomas.
Es habitual en la fase de enamoramiento sentir unas ganas muy fuertes de estar junto a esa persona tan especial que acabamos de conocer.
El problema aparece cuando sentimientos de este tipo permanecen en el tiempo y se repiten con la mayoría de nuestras parejas.
Dependencia emocional: Tratamiento
Lo primero de todo es tomar conciencia de la situación: asumir y comprender el problema.
Es importante aprender a mirar de forma realista a la pareja o a aquella persona hacia la que siente dependencia emocional. Apreciar sus virtudes y sus defectos, aprendiendo a amar desde la aceptación más que desde la admiración.
La persona dependiente debe abandonar su posicionamiento de víctima, y ser consciente de su papel activo en el desarrollo de una relación tóxica.
Lo deseable es acudir a terapia de pareja. La ayuda psicológica de un profesional personaliza la situación particular de la persona dependiente, cada persona es un universo y cada una vive la dependencia emocional a su manera.
El tratamiento adecuado para este trastorno ayuda a que la persona que lo padece, se dé cuenta de que puede tomar el control y de que es capaz de cambiar la situación y tener relaciones saludables.
La ayuda psicológica ofrece a la persona con dependencia emocional recursos para establecer relaciones saludables, cuidar de sí misma y fortalecer los espacios individuales y personales y los lazos relacionales ajenos a esa persona por la que se siente dependiente.
Estos cambios permitirán mejorar la autoestima de la persona con dependencia emocional, clave para desarrollar en el futuro relaciones sanas y satisfactorias.
Claramente tengo dependencia emocional. Tuvimos con mi parejas idas y vuelta. Ella es buena persona. Pero es indiferente y poco afectuosa lo cual me genera inseguridad, ansiedad. Nose si seguir o terminar.