¿Qué es el bullying? ¿De dónde proviene este término?
El bullying es un término que en los últimos tiempos ha penetrado con fuerza en el imaginario colectivo. Esta palabra deriva del término «bully» que proviene del inglés y la podemos traducir de dos formas distintas dependiendo de si funciona como verbo (intimidar) o como sustantivo (matón, peleón).
Dicho esto podemos realizar una traducción más amplia de bullying como el conocido «acoso escolar» o «intimidación. Por lo tanto el bullying o acoso escolar podemos definirlo como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
La especificación «de forma reiterada» es importante, ya que el acto en sí no se limita a una simple pelea que pueda suceder en un momento determinado y puntual entre dos alumnos. Para que podamos hablar de acoso escolar, la víctima debe haberlo sufrido durante un tiempo considerable y de forma constante.
Tipos de bullying
También es importante considerar que existen distintos tipos de bullying, ya sea físico, verbal, social, o cibernético. Todos ellos son igual de perjudiciales y las heridas emocionales que provocan se extenderán en el tiempo.
En los últimos tiempos y con el auge de las nuevas tecnologías (ciber-bullying) parece que el problema se ha agravado ya que el acoso no se circunscribe únicamente al recinto escolar sino que puede continuar después de salir de clase aunque la víctima se encuentre dentro de la seguridad de su propio hogar. Además, se han sucedido algunos casos muy mediáticos que han acabado con el suicidio de la joven víctima.
Atajar este problema no es competencia únicamente de los profesores y de los centros educativos. Inculcar valores y educación en nuestros propios hijos es un trabajo que debe comenzar en nuestros hogares. Debemos enseñarles a nuestros hijos que no está bien actuar de esta forma con un compañero ni tampoco ser testigo de un abuso y no hacer nada al respecto.
Los niños que sufren acoso escolar lo viven como una auténtica tortura que lamentablemente se produce en un momento clave de su desarrollo y madurez emocional.
En este post quiero hacer referencia a los distintos problemas a los que un niño que ha sufrido acoso escolar probablemente tenga que enfrentarse cuando sea adulto. De esta manera quizá entre todos adquiramos una mayor conciencia de que no se trata de «cosas de niños», ya que las heridas emocionales que sufre una víctima de acoso escolar las seguirá arrastrando hasta su edad adulta y probablemente le acompañen durante resto de su vida.
Consecuencias del bullying en la edad adulta
A continuación veremos una serie de consecuencias (las más comunes) con las que una víctima de acoso escolar debe convivir durante su vida adulta.
Dificultades para socializar
Las víctimas de acoso escolar tienden a tener ciertos problemas para socializar, lo cual les lleva a buscar actividades solitarias en su edad adulta. Esto se explica, en parte, por una dificultad para confiar en otras personas, confianza que perdieron durante los años que duró su acoso.
En los casos más graves, algunas de estas víctimas pueden llegar a desarrollar fobia social.
Estrés
Los niños que han sufrido un estado de alerta constante durante tanto tiempo, pueden sufrir un desgaste emocional tan profundo que difícilmente pueda regresar a unos niveles óptimos y adaptativos.
Ansiedad generalizada
Se trata de una de las secuelas más comunes en personas (niños en este caso) que han sufrido abusos. Además, la ansiedad generalizada suele ser bastante dificil de eliminar porque la persona que la sufre ha aprendido a mitigarla por medio de sustancias (medicamentos, drogas, alcohol), lo cual implica la necesidad de tratar también esta adicción a sustancias de forma paralela.
Baja Autoestima
Sentir una baja autoestima también es uno de los sentimientos más comunes entre las personas que han sufrido bullying de niños. La víctima del acoso puede llegar a la conclusión, o idea errónea, de que es inferior a los demás y por esa razón sufre el acoso. Este sentimiento aprendido de baja autoestima continuará hasta su vida adulta, muchos años después de que el acoso haya terminado.
Depresión
Cuando nuestra vida se limita es normal que aparezcan sentimientos depresivos. Si tenemos en consideración el cocktatil de consecuencias que acabamos de comentar en los puntos anteriores, es normal que la depresión aparezca ante una vida tan limitada.
Espero haber contribuido a incrementar la conciencia y la necesidad de atajar este problema cuanto antes, para evitar que más niños sean víctimas de acoso escolar y tengan que crecer y arrastrar estos problemas durante su vida adulta.
Si tú como padre o madre, crees que tu hijo está siendo víctima de acoso escolar, o incluso pienses que sea tu hijo quien está acosando a otro, no dudes en pedirme consejo y estaré encantada de ayudarte y enseñarte las herramientas necesarias para solucionar el problema.