Kaizen es una palabra de origen japonés (Kai: cambio Zen: bueno) cuyo significado se ha integrado al castellano como la actitud de mejorar de manera continua, gradual y ordenada.

El principio que rige el método kaizen  es que la mejora continua y gradual es la que nos lleva a conseguir los grandes cambios que nos acercan a lograr nuestros objetivos. Adoptar el método kaizen es asumir la cultura de la mejora continua.

¿Consigues todo lo que te propones?

¿Qué es lo que haces cuando quieres introducir o cambiar un hábito en tu rutina diaria? Lo normal es que te digas: “el lunes empiezo”. Quizá llegue el lunes y lo hagas; es posible que a ese lunes le sigan unos cuantos días más, pero sólo durante un cierto tiempo. Y éste es el desafío: No siempre conseguimos acabar aquello que hemos empezado.

A la pereza que nos pueda dar iniciar un nuevo hábito, al miedo al cambio, al miedo al fracaso, etc se le suman las dificultades que supone alterar nuestras costumbres, reestructurar nuestro tiempo y nuestra manera de organizar nuestras tareas.

La fuerza del método Kaizen

El método kaizen es una estrategia que te permite introducir nuevos hábitos en tu vida cotidiana.

“Todo camino, por largo que sea comienza por un paso “   Lao Tse

Precisamente de eso trata el método kaizen: para comenzar un camino simplemente hay que dar un paso. Y a ese paso le sigue otro paso. Avanzas unos pocos centímetros al principio, pero cuando quieres darte cuenta y miras atrás, verás que has avanzado varios metros sin haberte dado cuenta.

Para lograrlo simplemente tienes que atreverte a vencer las excusas que te pones para ni si quiera ponerte al frente de ese camino.

El reto que te plantea el método kaizen es que  introduzcas esa nueva actividad en tu día a día.

Se trata de que hagas un poco todos los días, de que seas constante: Y si lo haces a pasitos no correrás el riesgo de abrumarte con lo que implica la novedad, el cambio, o la presión de obtener el éxito cuanto antes.

“No consiste en hacer mucho un día, sino en hacer un poco todos los días.”

Así sin darte cuenta, vas introduciendo una nueva rutina, y poco a poco tendrás la necesidad de dedicarle más tiempo a esa actividad.

Por ejemplo: quieres mejorar tu inglés. Comienza dedicándole cinco minutos al día a una lectura en inglés. Eso lo puedes hacer fácilmente, no supone un estrés y además terminas con la satisfacción de haber cumplido tu propósito. Al cabo de los días, verás que eres capaz de dedicarle diez minutos al día. Incluso llegarás  a dedicarle media hora al día. Sin darte cuenta, el estudio ya forma parte de tu rutina, y además estas avanzando hacia tu objetivo.

¿Quieres aplicar el método kaizen a tu vida cotidiana?

La filosofía del método kaizen es muy sencilla: son los cambios pequeños realizados de manera continuada a lo largo del tiempo los que producen las mayores transformaciones en nuestra vida.

Te propongo que escojas un área de mejora y que te preguntes:

¿Qué deseo lograr?

¿Qué rutinas tengo que poner en práctica para lograrlo?

¿Cuál es el más pequeño paso que debo dar para comenzar?

Para terminar

¿Recordáis a Beppo, el amigo barrendero de Momo? Esto es lo que decía:

“A veces tienes ante ti una calle que te parece terriblemente larga que nunca podrás terminar de barrer. Entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa.

Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de larga y te esfuerzas más aún, empiezas a tener miedo, al final te has quedado sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes?

Hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Entonces es divertido: eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser. De repente, se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se queda sin aliento”.

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