En los últimos años se ha extendido mucho el concepto de inteligencia emocional. Sin embargo no todo el mundo tiene claro en qué consiste este concepto, cómo potenciarlo o cuál es su función. En este artículo veremos cómo educar a tus hijos con inteligencia emocional.
Tradicionalmente la inteligencia se ha asociado a la parte cognitiva, es decir a las aptitudes relacionadas con el rendimiento académico. Sin embargo diversos autores ya desde los años 40 del siglo XX se dieron cuenta que la inteligencia no era algo que se pudiera reducir exclusivamente a la capacidad de razonamiento o memorización. La inteligencia no era únicamente altas capacidades en tareas matemáticas o relacionadas con el lenguaje.
La inteligencia emocional hace referencia a una serie de dimensiones psicológicas que, aunque no se puedan medir mediante tests de inteligencia tradicionales, pueden llegar a ser mucho más importantes en el día a día de una persona e incluso marcar su futuro.
En la actualidad, la inteligencia emocional se considera una de las competencias más importantes que el nuevo siglo exigirá a nuestros hijos. Diversas investigaciones han demostrado que las emociones influyen en el aprendizaje, y por tanto si no existen emociones no se producirá aprendizaje. Como consecuencia, si existe alguna alteración en la gestión emocional, se puede bloquear o inhibir la eficiencia de la gestión cognitiva.
Por tanto un niño que tenga un cociente intelectual medio pero con una alta inteligencia emocional puede llegar a tener un desempeño académico mayor que otro niño con un cociente intelectual elevado pero con una gestión emocional limitada. Y no todo se reduce a sacar buenas notas, ya que se ha demostrado que la inteligencia emocional está relacionada con disfrutar de una vida más feliz y a tener relaciones sociales más sanas y enriquecedoras.
Una vez que hemos comprendido la importancia de disponer de una buena inteligencia emocional, vamos a pasar a analizar las claves que nos ayudarán a desarrollarla en nuestros hijos.
Claves para educar a tus hijos en inteligencia emocional
Lo primero que tenemos que tener claro es que la inteligencia emocional se aprende, y por tanto tenemos la oportunidad de enseñársela a nuestros hijos.
Aunque la inteligencia emocional puede entrenarse y aprenderse a cualquier edad, en el caso de los niños es muy positivo comenzar esta enseñanza cuanto antes. De esta manera interiorizarán los conceptos y las habilidades de forma natural.
Algunas de las estrategias básicas para desarrollar la inteligencia emocional en nuestros hijos son las siguientes:
1. Pon nombre a las emociones
La mejor forma de desarrollar la inteligencia emocional de nuestros hijos es ayudándoles a que pongan nombre a sus emociones. Conforme el niño vaya creciendo irá experimentando una serie de sensaciones y emociones que nadie le ha enseñado cómo se llaman ni qué tienen que hacer cuando las sienta.
Podemos actuar como “profesores emocionales” ayudándoles a que pongan nombre a eso que sienten.
Si vemos que nuestro hijo está triste porque no le han invitado a un cumpleaños, podemos ayudarle con la frase “me siento triste porque no me han invitado al cumpleaños”.
Además, el hecho de poner nombre a las emociones no solo incrementa su inteligencia emocional sino que también les ayuda a no identificarse con las emociones. De esta manera comprenderánque se trata de estados pasajeros que al igual que llegan también desaparecen.
2. No todos sentimos lo mismo: desarrolla la empatía hacia los demás
El egoísmo de los niños pequeños puede resultar cómico en sus primeros años de vida, sin embargo conforme vayan creciendo lo irán dejando de lado y comenzarán a desarrollar una aptitud básica en la vida como es la empatía.
Aunque es algo que llegará de forma natural, nosotros como padres podemos ir propiciándola poco a poco en el día a día a través de diversas estrategias.
Una de estas estrategias es preguntarles a nuestros hijos cómo creen que se sienten otras personas. Se trata de que poco a poco comiencen a entender los puntos de vista de otras personas para que se sensibilicen por el bienestar ajeno. Podemos haceles preguntas como “¿Cómo crees que se siente hoy tu hermana? ¿Crees que está triste o preocupada por algo?”.
Y por supuesto, no hay nada mejor que predicar con el ejemplo. Cualquier cosa que queramos enseñarles a nuestros hijos la interiorizarán mejor si nos ven a nosotros como padres llevarla a cabo. En este sentido es importante que vean que somos personas que nos preocupamos por los demás y que tratamos de ponernos en sus puntos de vista.
3. Desarrolla su asertividad
La asertividad es una aptitud que nos permite defender nuestros derechos y marcar nuestros límites pero sin vulnerar los límites y derechos de los demás.
No siempre podremos junto a ellos para defenderlos ni protegerlos, por ello es importante que aprendan a defenderse por sí mismos de una forma asertiva que les ayude a reclamar sus necesidades pero siempre desde el respeto hacia los demás.