Ansiedad anticipatoria y coronavirus
La pandemia mundial que estamos viviendo como consecuencia del coronavirus es el caldo de cultivo perfecto para potenciar los dos factores que desencadenan la ansiedad anticipatoria:
Incertidumbre
¿Recuerdas algún momento de tu vida en que hayas tenido más incertidumbre que la que estamos viviendo en estos momentos? En estos momento no tenemos nada claro, no sabemos si los colegios van a continuar abiertos o van a cerrarlos de nuevo. No sabemos si tenemos que volver a casa a teletrabajar o si seguiremos conservando el trabajo a final de año.
No sabemos si podremos reunirnos con nuestras familias para celebrar la navidad. No sabemos si dispondremos de una vacuna próximamente o si tendremos que aprender a vivir con este virus.
No tener el control de la situación
Por si fuera poco no tenemos ningún control sobre la situación que nos está tocando vivir. Por un lado no tenemos control sobre el mecanismo de actuación del virus, ni siquiera sabemos a ciencia cierta cómo se propaga, cómo nos contagiamos ni qué medidas son realmente eficaces para contenerlo.
La sensación de falta de control no se limita al virus. Los ciudadanos a nivel individual también sentimos no tener el control de la situación ya que hemos delegado este poder en manos de los políticos. Por esta razón cuando somos testigos de que quizá no están actuando de la mejor forma, con disputas entre los partidos o con decisiones poco lógicas e incomprensibles, entonces nuestra ansiedad aumenta.
¿Qué podemos hacer para sobrellevar la ansiedad anticipatoria?
La característica principal de la ansiedad anticipatoria es que son nuestros propios pensamientos los que desencadenan el malestar. Luchar contra nuestros pensamientos es muy complicado ya que cuanto más luchamos por hacerlos desaparecer, más se enquistan en nuestra conciencia.
Observar nuestros pensamientos
Por lo tanto la lucha no es el camino. La opción alternativa es observar nuestros pensamientos como si fueran nubes que atraviesan nuestra conciencia y poco a poco desaparecen sin hacer nada por eliminarlos ni escapar de ellos.
Exponernos a ellos
Una alternativa es la exposición en imaginación a estos pensamientos. Básicamente esto consiste en adoptar un estado de calma y relajación y dedicar unos minutos a traer aquello que más tememos a nuestra mente. Aquí estamos haciendo lo contrario de huir de nuestros pensamientos ya que los estamos atrayendo a nuestra conciencia.
La importancia de esta técnica radica en permitirnos sentir en nuestro cuerpo ese malestar, esa angustia y ansiedad que se genera a partir de nuestros pensamientos y no hacemos nada por eliminarla. Si no luchamos contra las sensaciones desagradables comprobaremos que, al igual que ocurría con los pensamientos, poco a poco estas sensaciones también desaparecerán.
Limitar y filtrar la información que recibimos
Está claro que será más complicado observar y exponernos a nuestros pensamientos si no aprendemos a limitar también el flujo constante de información relacionada con el coronavirus que recibimos a diario.
Si sientes que llevas ya unos cuantos meses sin acabar de sentirte bien del todo y que los pensamientos negativos son demasiado frecuentes, es posible que estés sufriendo de ansiedad anticipatoria. Puedes contactarme sin ningún compromiso y juntos conseguiremos que te adaptes mejor a toda esta situación.